Es un aventurero todoterreno que no se lo pensará dos veces a la hora de acompañar a su familia hasta el fin del mundo, aunque para eso debe ser educado con amabilidad y constancia. De lo contrario se dejará llevar por sus peores instintos y mostrará el “Míster Hyde” que lleva dentro: un Carlino malcriado puede ser especialmente destructivo y malévolo.
El Carlino es todavía muy escaso y exclusivo pese a que se trata de un magnífico perro de compañía que destaca por su sensibilidad, ternura y fidelidad a su dueño. Le encanta sentirse útil. Además no plantea problemas de convivencia con otros animales y se lo pasa en grande jugando con los niños.
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